Mientras conduce realizo un rápido escrutinio de su anatomía: mismo color de piel, mismo corte de cara, frondoso pelo negro, ojos rasgados, mismo iris café...
Pienso en lo que debe sentir una huérfana que se reencuentra con su progenitor, en lo terrible de estar ante alguien tuyo y ajeno a la vez.
Ahora me viene ella a la mente: caucásica, piel blanca, ojos verdes, pelo castaño claro...
Pienso en lo que debe sentir un huérfana nepalí al ser adoptada por una alemana. En cómo esa "ajena" se convierte en "propia".
Padezco síndrome de huérfana nepalí.
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